El Hombre de los Lobos II

DE SERGEI PANKEIEFF AL HOMBRE DE LOS LOBOS

Como os decía el otro día tenemos la suerte de contar con un historial clínico que abarca desde el año y medio y hasta pasados bien los ochenta tenemos datos. Nació como Sergei P. Pero se convirtió en el HL, es así como firmaba sus cuadros y sus textos.

El otro día os avancé en el historial clínico, construido por Freud, que es de una riqueza inagotable, me fui basando también en las Memorias escritas por él mismo, ya con 83 años, muy aderezadas por el tiempo, hoy quisiera introducir el texto de Ruth Mac Brunswick, que lo titula: Suplemento a la “Historia de una neurosis infantil” de Freud. Y me ha parecido importante rescatar este texto porque ella misma lo describe como una fase de comportamiento psicótico, fijaos que deja la hipótesis de Freud: la de una neurosis obsesiva, pero que en determinado momento tuvo una desestabilización, que duró unos meses, el tratamiento duró 5 meses (de Octubre de 1926 a Febrero de 1927), es decir había tenido un período más o menos “sano”, durante más de 12 años;  y después de este tratamiento, hasta el suicidio de la esposa también vuelve a tener un periodo largo de estabilidad, con momentos, con estados depresivos, pero alternándose con otros momentos de vitalidad de interés por la cultura, y especialmente por la pintura: pintaba paisajes, lo reconfortaba mucho.

La analista que lo recibe, se sorprende, que el hombre que tiene delante sea el HL, que para ella había quedado descrito como un hombre elegante, educado, de una honestidad compulsiva y se encuentra con alguien que se comporta como un loco, entraba gritando a la consulta (la mucama le tenía miedo), queriendo controlar él las sesiones, de que se hablaba y de qué no, confiesa un engaño a Freud, sobre joyas de la familia… y la interpretación que hace Ruth Mac B. Es que ha habido un cambio de carácter parecido al que le ocurrió cuando tenía 3 años y medio.

Y su hipótesis es que esta nueva enfermedad era la manifestación de un residuo no resuelto de la transferencia, y que era la nueva forma de una vieja enfermedad.

Hay dos cuestiones sintomáticas, que sobresalían, y que voy a intentar seguir el hilo:

La 1ª: aparece con una idea fija hipocondríaca: un agujero en la nariz, o una cicatriz, se pasaba el día mirándose en un espejito, que le había tomado prestado a su mujer; pensaba que todos miraban el agujero en su nariz, se preguntaba si se curaría su agujero… dándose cuenta también de la reacción anormal, entre otras cosas porque no tenía ningún agujero en la nariz.

El decía estar desesperado por esta irreparable mutilación, que ponía en serie con el momento de ensuciar el calzón, así no puedo vivir más, y con la gonorrea a los 18 años; es decir, marca así los 3 momentos en los que él tiene un daño narcisista, y se desestabiliza.

La preocupación por su nariz había comenzado unos 2 años antes, en el que recibe la vista de su madre, y a esta buena señora le había salido una verruga negra en la nariz y él comienza a tener extraños pensamientos sobre su nariz, en el que aparece un grano de extraña apariencia, entonces se le vino el mundo abajo, mutilado no podía vivir.  Momento del desencadenamiento: la mancha que no puede asumir en el rostro de la madre, en la imagen fálica de la madre, le repercute en una extrañeza en su propio cuerpo. Y comienza una observación vigilante de su nariz, que acaba en un “catarro histérico” (como ya le había ocurrido en la adolescencia). Se hace operar y es a partir de esta pequeña extirpación que el desencadenamiento toma forma. Y aquí la analista ofrece un detalle revelador: sintió un agudo éxtasis ante la vista de su sangre discurriendo por la mano del médico.  Y Ruht escribe: No puede ser considerado como típicamente psicótico, pero es esencialmente no neurótico.

La otra vertiente sintomática en la que la analista se fija, es que está: extremadamente neurótico con el dinero: acusaba a su madre de apropiarse de su herencia. Ella dice: extremadamente neurótico, podemos decir de tinte paranoide, pues parece ser que disfrutaba de su herencia como quería.

Hay una alternancia de los síntomas nasales y de síntomas dentales, vuelve a los médicos que lo defraudan, como a los satres.

Con Freud mantenía una hostilidad más encubierta, e interpretaba que el dinero que recibía de Freud, se le debía, como la prueba de amor de un padre a su hijo y se quejaba de que la influencia personal de Freud era demasiado fuerte y de carácter no profesional.

Las asociaciones de los sueños que contaba en esos momentos tenía que ver con hijos perseguidos y atormentados por los padres (Cristo, o Alexis – hijo de Pedro el Grande – )

Persistía en él esta fijación fantasmática a raíz del sueño:

El lobo es el padre, los padres ( o los doctores, incluso los sastres) tratan de apoderarse de él para destrozarlo y esta ideación estaba ligada al sentimiento de haber sido irreparablemente dañado.

Pero de pronto tiene un sueño con el que cierra el delirio (p.210)

Recuperación repentina, puede leer novelas.

La paranoia hipocondríaca es una pantalla de ideas persecutorias.

Y es aquí donde sitúa el residuo de la transferencia: en esta fijación al padre, como una figura amenazante, si fue un paranoide latente.

RMB: concluye con una referencia ala sublimación: Me siento inclinada a pensar que su salud depende en gran medida  del grado de sublimación del que sea capaz. (p.221)

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