Solos y solas

edward-hopper-intermission-1963-rEste fin de semana se celebra en Buenos Aires una Jornadas con el título “Solos y solas” pues sin duda la soledad ha pasado a ser un estilo de vida cada vez más frecuente, que merece nuestra reflexión.

Los cambios sociales que se han producido en las últimas décadas han tenido como consecuencias una transformación profunda de los vínculos amorosos.

En los modos de relacionarse, de “hablarse”, lo visual ha tomado el primer plano, la pantalla que protege y que a la vez pone en comunicación, favorece el lado más ilusorio del amor, factor necesario pero no suficiente para que se produzca un encuentro amoroso.

Los tiempos ya son otros, en varios sentidos; la rapidez que alcanza la comunicación precipita los tiempos para ver, comprender y decidir, pues la inmediatez amalgama los tiempos lógicos, dejando en ocasiones a las personas desorientadas respecto a su propio deseo.

Las formas de consumo rápido a las que nos hemos acostumbrado en los últimos años, también han afectado al modo de concebir las relaciones personales y el acceso a encuentros íntimos, que se consumen, a veces como la serie de objetos que pueden producir satisfacción, pero el efecto suele ser que más bien que con lo que se encuentran es con la decepción, no era eso lo que se buscaba.

Podemos situar el auge de lo imaginario, y por tanto de lo ilusorio, la condensación de los tiempos lógicos y la proliferación de los objetos que producen una “satisfacción” inmediata como factores que dificultan los vínculos amorosos, habrá pues que darse tiempo y palabras para comprender hacia donde nos orienta nuestro deseo.

 

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